Tuesday, November 15, 2011

Ané pasea en bici

Queridos lectores, ya les he platicado que Ané no es la persona más deportiva que conozco, sin embargo con el tiempo nos hemos dado cuenta de que es un poco obsesiva, así que cuando se le mete algo en la cabeza difícilmente lo deja (al menos por un buen tiempo). Así fue el caso de la ciclopista.

Ané trabaja en una de las Torres Esmeralda, las que están en Ferrocarril de Cuernavaca y Periférico, desde hace varios años se construyo la ciclopista justamente por su calle oficinista.

"Patricia, en serio que cada que veo pasar ciclistas por la ventana me dan muchísimas ganas de bicicletear un rato! Algún día tengo que hacerlo" me comentó Ané.

Un tiempo después empezaron las Ecobicis, Ané estaba muy emocionada. "Ahora ni tengo que comprarme una bicicleta, cosa que me parecía muy exagerado si solo quiero andar en bici un ratito" pensó Ané.

Un buen día oficinista a la hora de comer Ané se decidió y fue a registrarse para el préstamo de la ecobici famosa, después de una platica casual con el encargado del módulo de bicis Ané salió feliz de la vida andando en una bicicleta roja brillante.

Ané pedaleó y pedaleó por todas las calles cercanas, dio una vuelta por polanco, se detuvo a comer un famoso sandwich que tanto disfruta y después se dio cuenta de que debía volver a la oficina! Había estado pedaleando tanto que perdió la noción del tiempo, así que pedaleo a toda velocidad de regreso. 

Cuando llego por fin, subió al elevador y se dio cuenta de que no estaba en su mejor look, respiraba rápidamente, su corazón estaba agitado, su piel estaba sudorosa y su pelo estaba algo despeinado. Antes de que pudiera solucionar cualquiera de esos problemas que tenía subió al elevador el jefe de toda la oficina a quien Ané saludó sin importar su aspecto. "ay Patricia no sabes el osito mal que sentí de saludar al jefe de jefes en esas condiciones! En serio que ha de haber pensado péeeesimo de mi, pero pues es que yo que podía hacer en ese momento, ni modo de ser grosera y fingir que no lo conozco!" me dijo Ané.

Aunque todos pensaríamos que después de ese incidente Ané no repetiría sus paseos en bicicleta, la realidad es otra, Ané volvió sus paseos en algo recurrente y siempre antes de subir al elevador reza por no toparse con nadie conocido; y más cuando lleva botas...





Ané comenta al respecto: "Francamente si a alguien le molesta lo que hago pues es muy su problema, yo voy tan feliz pedaleando Patricia, no voy a privarme de este gustito solo porque llego a la oficina tantito sudando! Que se aguanten!"

Ya estan advertidos queridos lectores, de preferencia eviten la zona de elevadores de la Torre Esmeralda a las 4 de la tarde en días oficinistas, podrían encontrar a Ané bajando de la ciclopista.

1 comment:

  1. No la encuentro ??
    La quiero leer!!!!
    Besos

    ReplyDelete