Hace algunos meses un viernes cualquiera Ané y yo estabamos en el hogar-Q de manera casual, platicando como de costumbre las suchanassadas de la vida.
Yo me peinaba frente al espejo y comenté "Ané, creo que quiero hacerme un fleco". Ané saltó con una sonrisa de oreja a oreja al oir mi comentario y dijo: "Yo siempre me corto mi fleco, dejame hacer el tuyo, no te arrepentiras!! :D (Sonrisa gigante)".
Aunque muchas veces entro en razón y decido no aceptar las propuestas locas que hace Ané, en esta ocasión no se que sucedió pero dije un dudoso "ok..."
Ané corrió por las tijeras de la cocina, regreso brincando, me indicó donde sentarme en la orilla de mi cama, acercó el bote de basura para no ensuciar el hogar-Q y me dijo "tuu quedate quieta", tomo un peine, seleccionó parte de mi cabello (un mechón bastante largo) yo pensé... "cortará poco a poco asi que no hay mayor riesgo"... pero queridos lectores, antes de que yo terminara de pensar esto vi como casi toodo el mechon de cabello se separaba de mi cabeza y quedaba en la mano de Ané quien puso una cara de terror/nomevayasaregañardefavor.
Corrí al espejo horrorizada a revisar que había pasado... efectivamente... era algo grave, tomé las tijeras para intentar arreglarlo mientras Ané decía "ayy patricia, no quedó taaaan mal... solo hay que mejorarlo tantito! esque yo soy experta en cortes pero nunca en cabezas ajenas..."
Ya han pasado 4 meses... mi estilista profesional dio su opinión al respecto: "Tardaremos meeeeses en reparar esto... pero queda entre tu y yo..."
Ané cada vez que se lo recuerdo comenta: "La verdad yo considero que no quedó para nada mal, de hecho casi nadie lo noto... ya decía yo que soy buena estilista"
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